La CREATIVIDAD cotidiana y el SER creativo

Sobre creatividad, pensamiento creativo y autoconocimiento

FILOSOFIA DEL ARTEENSAYO

Gil Miró

1/3/20256 min read

Para muchos artistas la creatividad ha sido desde siempre una manera de ser y actuar ante la vida. Más allá del trabajo y de la producción del arte y sus resultados, el ser creativo provoca una natural fascinación ante sus enigmáticos e intrincados procesos, esos que permiten “conectarte” y traer algo “nuevo” a la existencia a través de la mente y la imaginación.

Todo ello hace que nos preguntemos sobre el papel que juega la creatividad en la mayoría de seres humanos, más allá de aquellas personas especializadas y capacitadas específicamente para su uso, ya bien sea por su natural talento o por su formación y desarrollo. Tal es el caso de artistas, científicos, empresarios de alto nivel, filósofos, matemáticos, genios… etc.

En las décadas de los Ochenta y Noventa, estuvo muy de moda estudiar el fenómeno de la comunicación de masas (mass media) donde se profundizaba a través de multimillonarios estudios sociológicos y antropológicos, pagados por el todopoderoso lobby publicitario, sobre las conductas, los hábitos y las creencias de la gente, tanto a nivel individual como colectivo. De esos estudios se entresaca una importante premisa, el ser humano es creativo por naturaleza, necesita “crear”, pero esa necesidad, en la mayoría de casos, lejos de grandes logros como la creación de una aclamada obra de arte, o un invento, o una teoría que cambiarán el mundo… Se sitúa más bien en un “crear” cotidiano, personal, relacionado con las cosas íntimas y corrientes de nuestra vida, que a pesar de ser así, no dejan de ser importantes para nosotros y para nuestro entorno.

Esa creatividad cotidiana puede manifestarse a través de conceptos sencillos: como crear un espacio psicológico o físico, un hogar, un jardín, una empresa, la manera de ejecutar un trabajo o una comida que nos permita dar ese “toque personal” que nos hace sentir únicos, útiles y “diferentes”, quizás “originales”. O cómo crear un estado de ánimo, un criterio, reflexionar, gestar una idea y sobre todo solucionar un problema…

También puede elevarse hacia algo más relevante: como crear una manera de ser y actuar ante la vida, o crearnos y reinventarnos a nosotros mismos cuando es necesario hacerlo.

El ser creativo surge de la mente, sede de los pensamientos que nos conducen a los procesos cognitivos de los que surge la creatividad.

El pensamiento se define generalmente como la actividad y creación de la mente, y su facultad, EL INTELECTO, es la capacidad de PENSAR… separar, distinguir, entender, interpretar, discernir, proyectar, reflexionar, imaginar…

En general decimos que todo lo relacionado con la mente es pensamiento, ya bien sea a través de lo racional, de las abstracciones, de la imaginación o de los procesos creativos.

También existe una conexión entre la creatividad y lo que conocemos hoy como estados de conciencia “no ordinarios”, esos que se asocian a determinadas facultades y funciones “superiores” de nuestra mente que potencian extraordinariamente la creatividad. Tal es el caso de la gran desconocida intuición, o de los denominados “sentidos internos”, o de la aparición de un discernimiento, una inteligencia, una atención o una concentración extraordinariamente aumentados y potenciados.

La palabra pensamiento viene del verbo latino “pensare”, sinónimo de pensar o reflexionar, y actualmente se clasifica por muchos tipos de pensamiento, como por ejemplo: El inductivo, analítico, sistémico, social, instintivo, interrogativo, crítico, racional, y como no, el pensamiento creativo.

La CREATIVIDAD sería la capacidad mental de pensar y crear nuevas ideas o conceptos, y de asociar ideas o conceptos conocidos, ya existentes, en nuevas soluciones y resultados originales. También se la asocia con el pensamiento original, la imaginación constructiva y el pensamiento divergente o creativo.

En definitiva, la creatividad se convierte en una herramienta cognitiva que utiliza la originalidad, la flexibilidad, la plasticidad y la fluidez, para crear estrategias que nos permitan formular, construir y buscar soluciones a necesidades, situaciones difíciles y a problemas o encrucijadas.

Esta búsqueda resolutiva ante distintas situaciones complicadas y adversas, provocan una particular y valiosa manera de adquirir conocimientos y de crecer, además de esa actitud ante la vida de la antes hablamos, lo que propicia una forma de aprendizaje y aprehensión del saber que no solo nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, sino también a las circunstancias que nos rodean y a la vida misma.

Gracias al pensamiento creativo y a la creatividad, podemos aspirar a una mejor versión de nosotros mismos, y a un mejor enfoque y optimización de las situaciones y circunstancias que nos rodean, buscando soluciones a esos problemas que nos ocupan y presionan.

La propia creatividad entiende y clasifica un problema, no como una maldición o un aciago e injusto destino al que por mala suerte nos toca vivir, sino que lo entiende como una oportunidad de crecimiento y superación únicos, y de gran valor. De no ser por las pruebas y adversidades que la vida nos trae, el ser humano estaría estancando y condenado a la involución y a la extinción. El pensamiento creativo es imprescindible para nuestra evolución individual, al igual que colectiva, como humanidad.

Los artistas entendemos esto muy de cerca, somos expertos en "crisis" y pensamiento creativo, no solo por el hecho de crear una "obra de arte", sino sobre todo por enfrentar la incertidumbre y el vacío que supone un LIENZO EN BLANCO. Éste supone un verdadero reto ¿Cómo empiezo? ¿Qué hago? ¿Hacia donde voy? ¿Qué técnica?... Muchas veces la calidad y originalidad de un obra se define por las decisiones que se enfrentan justo en ese momento. Es difícil de explicar, pero el blanco puede ser una cárcel, un vacío o un abismo, o por el contrario puede ser una nueva y maravillosa oportunidad para crear...

También podríamos decir que el pensamiento creativo nos puede ayudar a preveer las consecuencias futuras de las acciones presentes. Imaginar las distintas alternativas posibles de esas consecuencias, y las estrategias y acciones que deberemos realizar en su momento, ya bien sean como contención, como asimilación o como disolución de esos problemas y consecuencias. Sería como jugar una partida de ajedrez, trabajando con abstracciones y múltiples posibilidades, pero más al estilo del juego creativo de Capablanca y Bobby Fisher, (muy de moda gracias a la serie “Gambito de dama”) que al estilo lógico, frío y matemático de la escuela rusa.

Las estrategias las elaboraríamos partiendo de un pensamiento deductivo, analítico y lógico, pero la búsqueda de más posibilidades y la manera de enfrentarse a ellas fuera de la fiscalización de la lógica, sería gracias al pensamiento creativo.

Es importante mencionar el estímulo y la motivación que suponen el trabajo con la creatividad y los entornos creativos, tanto en el ámbito personal como en el de un colectivo, pues otorgan una serie de interesantes ventajas en el desarrollo de actividades, al igual que en la esperanza de alcanzar buenas ideas, y en la posibilidad de encontrar soluciones más eficientes y valiosas a las establecidas.

Hay un ejército de imposibilidades, una legión de obstáculos preparados para frustrar la capacidad creativa y menoscabar toda proyección mejorada de uno mismo y de nuestro trabajo. Por ello es más que recomendable cultivar todo tipo de proceso creativo, esforzarse en ello y salir de la zona de confort para alcanzar los logros y objetivos que nos hemos marcado.

La creatividad no es exclusiva de artistas o científicos, ni de nadie en particular, sino que todos en mayor o menor medida somos creativos. Sólo hay que Imaginarlo, proyectarlo y trabajar para que ocurra. Sin duda las posibilidades de una vida mejor, de un mundo mejor, de un futuro mejor, tanto a título personal como del conjunto, se multiplicarán, y tan sólo el viaje para intentarlo, hará que valgan la pena el esfuerzo y la osadía, pues en el camino habrán crecimiento y experiencia, además de la posibilidad de alcanzar los objetivos que nos propusimos; El pintor buscará crear una obra de arte que asombre; el matemático querrá crear una nueva fórmula matemática que explique algo importante; la inventora inventar un objeto nuevo que sea de utilidad para el mundo; la bailarina un nuevo y maravillosos baile; el médico una mejor manera de diagnosticar enfermedades y la científica una nueva y revolucionaria teoría... Los seres humanos en general, alcanzaremos la mejor de las metas, evolucionar y seguir aprendiendo el arte de vivir.